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EL CEREBRO ADICTO

No a todas las personas les detonará el cerebro adicto. 

Por ejemplo, no todas las personas que tomen alcohol se volverán alcohólicos, al igual que no todo el mundo que come comida procesada sufrirá un TCA. 

Pero habrá uno que sí. ¿Por genética? ¿Por factor social? ¿Por…?.

Se podría decir que hay TRES GRUPOS DE NIVEL DE ADICCIÓN (que no adictos).

LOS SOCIALES. Los que fuman un cigarrillo de vez en cuando. Los que beben una copa de vez en cuando. Los que comen hasta que están saciados, pudiendo dejar comida en el plato. Los que de una caja de bombones, toman uno y ya está. Los que pueden tener un bote de nutella, de nocilla, chocolatinas, patatas fritas, etc… en casa y no se inmutan. Es decir, pueden comer y beber sin consecuencias y con total control.

LOS DAÑINOS. Son los que comen, beben, fuman, se ejercitan, ayunan, como compensación. Puntualmente o en momentos de estrés o ansiedad, se consuelan con comida, bebida o drogas que pueden derivar en problemas de salud, pero no en adicción. Se pueden controlar para no ir a más, pero con esfuerzo.

LOS ADICTOS. Se podría decir que siempre lo serán. Se activan con la vista. Su bioquímica es diferente de por sí, y muy receptiva, lo que provoca que su centro de recompensa/placer del cerebro, el núcleo accumbens, se active liberando dopamina en exceso cada vez que realizan algo placentero. Ya sea sexo, comida, bebida, etc… Ese es el motivo de querer repetir

la persona adicta, impepinablemente hasta nueva neuroasociación, siempre estará pensando en su adicción


La adicción ha reconstruido de nuevo su cerebro, haciendo que pierda el control. El sistema límbico, la corteza pre-frontal, el neocortex y el centro de recompensar,
se desconectan. Por eso es necesario RECABLEARLO. La buena noticia es que si se puede. 

El botón reset ha desaparecido, por lo que necesitamos ayuda para restaurar el sistema. Aquí es cuando entran en juego las neuroasociaciones

La adicción es una enfermedad física del cerebro, pero con grandes consecuencias a nivel  físico, mental y social.  


Cuando hablamos de adicción o adictos,
lo primero que se nos viene a la mente son las drogas y drogadictos, o alcohol y alcohólicos. Pero nos resistimos a meter en el mismo grupo a los alimentos altamente palatables (palatable de paladar. Alimentos sabrosos, ricos, golosos…) como el azúcar procesado o los ultraprocesados. 

Ojo, digo azúcar procesado. No me refiero aquí al azúcar que otorga la madre naturaleza en forma de miel, manzana, plátano, frutos rojos, etc… En este punto de la historia, hay que saber diferenciar quién es quién.

Estos alimentos son altamente adictivos. (Leer más). Es verdad que la adicción a la comida basura existe. Y tiene un poder de adicción tan alto, que solamente mirándolos, nuestro cuerpo puede reaccionar con una oleada de insulina, antes incluso de comerlos, reduciendo la glucosa en sangre y pidiéndonos más…

El azúcar, en casi todas sus formas, contribuye a la adicción.  Activa el centro de recompensa del cerebro de la misma manera que las drogas, liberando una cantidad desorbitada de dopamina y opioides endógenos, lo que nos provoca una exagerada sensación de placer. Por este motivo queremos repetir una y otra vez. Para volver a sentirlo.

La Dopamina que actúa en el sistema límbico, es esencial para la superviviencia, ya que indica la sensación de hambre. 

Los Opioides endógenos, es decir que los fabrica nuestro propio cerebro, son calmantes del dolor.  


Los TCA tienen un componente adictivo muy fuerte. 

  • Las personas que sufren anorexia, son adictos a pasar hambre. 
  • Las personas que sufren de atracones, son adictos al volumen.
  • Las personas que sufren de bulimia, son adictas a purgarse. Ya sea vomitando, haciendo ejercicio físico o ayunando.

Cuando la adicción esta activa, esa persona, no podrá hacer una vida normal, ya que en todo momento estará pensando en acabar lo que está haciendo para sucumbir. 

Quizás una de las adicciones más difíciles de superar sea la de la comida. Tenemos que comer cada día, y cada día, a todas horas, nos bombardean con comida. Anuncios, carteles, los supermercados....

Al igual que un ex-alcohólico debe evitar el alcohol de por vida, una persona adicta a la comida basura, deberá evitar del mismo modo los alimentos detonantes hasta que esté preparado para enfrentar y conquistar. Y está claro que una coliflor no lo detonará. De hecho, esta comida ultraprocesada No aporta nada beneficioso. Al contrario. No hay que premiar con golosinas o chocolates. De hecho, no deberíamos sustituir el amor por la comida basura.

¿Y si celebramos con más besos y abrazos?

mi experiencia de vida, la de mis pacientes, mis clientes, me ha enseñado y enseña, a que las personas con algún tipo de adicción, (alcohol, sexo, comida, depresión, ira) no lo hacen para hacerse daño, o hacer daño. Su único objetivo es sentirse mejor. evitar el dolor.

El problema o error es la herramienta que se utiliza para el fin. la solución está en cambiarla.

y créeme. sí se puede.

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